miércoles, 29 de agosto de 2018

Reporte de lectura La Historia verdadera de la Conquista de la Nueva España


La Historia verdadera de la Conquista de la Nueva España ha sido por siglos una obra de gran popularidad. Junto con las Cartas de relación de Hernán Cortés, es de los mejores testimonios de la Conquista. Bernal Díaz de Castillo, vecino y regidor de la ciudad de Santiago de Guatemala, uno de los primeros descubridores y conquistadores de la Nueva España y sus provincias. Su crónica es interesante debido a que relata de una forma desordenada pero coherente y abordando los temas principales de la conquista.
El autor describe un sin número de datos, nombres y lugares. Siendo esto interesante debido a que la mayoría de sus datos son memorísticos, principalmente vivencias del autor por participar en el proceso y narrar hechos de 1517 en su crónica concluida en 1575. Sin embargo, al confrontar sus datos con otras crónicas de la conquista de la Nueva España, realmente es una fuente con veracidad, por supuesto siempre comprendiendo su posición socioeconómica y sus motivaciones personales.
Además Bernal Díaz del Castillo, dentro de su obra es duro en contra de ciertos cronistas de la época que escribieron sobre dicha conquista y que por no estar presentes dieron datos inexactos y narraron hechos de forma errónea según Bernal. Escribió su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España principalmente por dos razones: la primera fue para desmentir a un historiador llamado Francisco López de Gómara, que había escrito una historia en la que negaba los méritos de los soldados y se los atribuía a Cortés y a las potencias celestiales. La segunda era su derrota personal y la de los soldados, la de los conquistadores ante los burócratas de la Corona.

Es una obra de estilo cautivador desde las primeras líneas. Nos narra el proceso de la conquista de México de una manera ruda, aunque sencilla, ágil y directa. Cada página es un retrato pintoresco plagado de detalles. Leer algunos capítulos es transportarse al pasado y vivir al lado de un soldado todos los sucesos de la conquista: descripciones de lugares, relatos de personajes, anécdotas, críticas agudas y angustiantes relaciones de fatiga y peligros enfrentados.
[…]Así estaban en esta gran plaza, los que vendían mantas de henequén y sogas y cotaras, que son los zapatos que calzan y hacen del mismo árbol, y raíces muy dulces cocidas, y otras rebusterías, que sacan del mismo árbol, todo estaba en una parte de la plaza; y cueros de tigres, de leones y de nutrias, y de adives y venados y de otras alimañas y tejones y gatos monteses, de ellos adobados y otros sin adobar, estaban en otra parte, y otros géneros de cosas y mercaderías.
Pasemos adelante y digamos de los que vendía frijoles y chía y otras legumbres y hierbas a otra parte. Vamos a los que vendían gallinas, gallos de papada, conejos, liebres, venados y anadones, perrillos y otras cosas de ese arte  a su parte de la plaza. […]
            El fragmento anterior describe la plaza de la Nueva España, podría decirse que es una figura retórica al describir detalladamente la vendimia de los mercaderes. Bernal enumera cada elemento para mencionarlos de una manera fresca, animada y riquísima, llena de gracia y vivacidad. También se encuentra en dicha descripción la naturaleza, tomando como ejemplo a los animales, plantas, legumbres y demás.
El fragmento involucra la necesidad de los mercaderes de la Nueva España, pues el haberse topado con la plaza fue un auténtico descubrimiento, razón por la que impresiona el afán de Bernal para hacer saber las costumbres de la vendimia que se veía en la plaza.
Bernal plasma en su crónica una historia con matices que entre líneas muestra la vida de los pueblos que habitaban México antes de la conquista y todo un cúmulo de hechos que permiten ensamblar parte de la conquista de la Nueva España. Además, el lenguaje coloquial que usó Bernal enriquece cada uno de los capítulos, con los sobrenombres, las emociones, los estados de ánimo, cada una de las historias y viajes que hacían tanto los dioses, indígenas y los emperadores. Por otro lado habla de retórica y estilo, de pequeñas historias y saca a colación sus conocimientos sobre versos y romances y sus formas coloquiales.





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